Las termitas son grandes enemigas de las casas. Sus daños suelen ser importantes, cuantiosos y peligrosos. A pesar de ello es difícil detectarlas. Son animales muy resistentes a la luz y la falta de humedad, que no acaba con ellas ni las intimida, y que realizan su labor destructora de dentro hacia afuera, dejando hueca la madera, lo que hace altamente complicada su detección.
Pero existen algunos síntomas que pueden hacernos saber que las tenemos en casa o que somos candidato a ello. Una de las claves para estar alerta es saber si vecinos cercanos las han sufrido, ello indicará que la zona es propensa a su destrucción y a su presencia, por lo que habrá que tomar medidas de prevención antes de que sea demasiado tarde. El riesgo de que se encuentren en sus cobijos subterráneos esperando a escoger su próximo objetivo puede ser real. En los alrededores de nuestra vivienda debemos observar si se detecta la presencia de insectos voladores similares a las hormigas, pero con alas. Es la fase alada de este insecto por lo que puede presagiar malos augurios para nuestra casa.
En el interior de la vivienda suelen aparecer unas manchas alargadas marrones en las paredes que resultan ser las galerías terrosas que usan para llegar hasta los elementos de madera. También suelen aparecer unas columnas que cuelgan del techo. Chequear diversas zonas de la casa como rodapies o marcos de las puertas dando pequeños golpes que nos indican si ha quedado hueco por su causa, lo que será indicio de su presencia. Si alguna de esas claves es detectada debes contactar con una firma acreditada que haga un trabajo para detectarlas o para acabar con ellas.